El estrés es una causa de enfermedad laboral a nivel mundial, una de las principales labores de un líder es velar por disminuir esos niveles de estrés en sus equipos de trabajo.
Liderar y el manejo de grupos o personal no es tarea fácil; y por lo general en los negocios propios o emprendimientos, suele haber mucha presión, porque se requiere la máxima productividad al menor costo, lo que se traduce en que menos personas hacen más cosas.
Esto a su vez, suele tener consecuencias negativas en los equipos, quienes se ven sometidos a altos niveles de estrés. Sin embargo, usted como líder puede ayudarlos a combatir esta situación, propiciando acciones que ayuden a disminuir la presión.
Incentive un buen clima laboral
El compañerismo y las buenas relaciones sociales son elementos claves que le ayudan a las personas a sentirse mejor y a gusto en su sitio de trabajo. Si tengo grandes cargas de trabajo y además de eso me la llevo mal con mis colegas, ninguno se habla entre ellos y suele haber un ambiente de tensión, es probable que los problemas se magnifiquen más de lo que realmente son.
Es por esto que la labor del líder también debe ser generar un ambiente de camaradería, donde todos se apoyen, sea agradable llegar cada día y reine la amabilidad. Esto hará que las personas creen conexiones y fortalezcan lazos que les ayudarán en momentos de estrés a sobrellevar la presión.
Que reine la organización
En un ambiente ordenado, donde todo se encuentre en su lugar, donde cada quien tenga sus funciones y responsabilidades claras y delimitadas, donde las instrucciones sean claras y coherentes, es menos propenso al retrabajo, al caos, a las frustraciones y por ende al estrés.
Es por ello, que como líder debe transmitir calma y asegurarse que todos sepan qué deben hacer, qué se espera de ellos y cuándo.
En todo negocio surgen imprevistos que hay que resolver, lo que no puede permitirse es que lo urgente se convierta en rutina, haciendo que los empleados pierdan el objetivo de su trabajo, tratando siempre de “apagar incendios”.
El arte de delegar
Ya hemos hablado de la importancia de delegar, pero como líder también debe saber identificar cuándo le toca subirse las mangas y poner manos a la obra para ayudar a sus trabajadores a que el trabajo salga, aunque ya haya sido delegado en ellos.
Es importante saber identificar cuándo necesitan ayuda porque no se dan abasto y entender si hay un problema en la asignación de labores que se le ha dado a cada uno.
Sabemos que hay trabajadores a los que se les puede exigir más o con los que se siente más afinidad o confianza por su capacidad resolutiva, pero con ellos es con quien hay que tener más cuidado, porque se corre el riesgo de sobrecargarlos de trabajo y que no digan nada, hasta que sea muy tarde.
Asegúrese de equilibrar bien las cargas entre todos los miembros del equipo.
El esparcimiento
No es vano las oficinas de grandes empresas como Google tienen tantas áreas dedicadas a que sus trabajadores se relajen; ellos saben perfectamente los niveles de exigencia a los que someten a sus empleados y por lo tanto les otorgan espacios para liberar tensión.
Recuerde que las personas no son máquinas, que muchas veces la productividad será mayor si se detienen unos minutos a tomar un café e intercambiar ideas con sus compañeros.
Asimismo, asegúrese que sus empleados tomen sus vacaciones y recesos a tiempo, e incentívelos con días libres o jornadas más cortas